Me ha tomado desprevenida este lunes de abdicación, aunque era de esperar. Fue difícil hacer nada productivo tras el rebumbio televisivo y de las redes sociales, pero cuando ya creía que las musas no me visitarían hoy y amenazaba con tener que buscar algo en el baul de los recuerdos, una imagen, que prefiero no definir para no quitarle su aquel (si es que lo tiene) al texto, acudió a mi mente. Aquí va el relato corto de hoy, son un poco menos de 300 palabras, así que se lee en un volado:
El hombre del banco
Era una mañana soleada, en la que se respiraba la primavera.
Como todas las mañanas desde hacía semanas, iba a quedar de nuevo con ella. Sentía
su corazón batir contra su pecho, como el tic tac del reloj de la plaza que
tanto gustaba visitar al atardecer.
Cuando el sol salía por el horizonte llegaba al parque y la
esperaba, ansioso, junto al banco salpicado de blanco que tanto gustaban.
Cuando ella llegó, su corazón abandonó el regular compás del carrillón para
lanzarse en una frenética carrera contra una quimera. El sol parecía abrazar
su perfil. Era hermosa con aquella luz de la mañana que envolvía sus sinuosas
curvas. Con paso azaroso consiguió al fin alcanzarla. Sus cabezas se juntaron, deleitándose en su afrodisíaco olor. Ella era
lo mejor que le había pasado en toda su
monótona vida de paseos incontables y terraceos infinitos.
Y entonces llegó él, aquel viejo con sus tres pelos blancos que se salvaban
de una alopecia galopante. Imbuido de si mismo y con una sonrisa de lado que
denotaba una seguridad dañina, llevaba algo en la mano, semejante a una caja de Pandora. Quiso apartar a su amada de ahí, salvarla de aquella perdición, la maldición, pero
el instinto de ambos era demasiado fuerte, atraídos de forma irracional hacia el hombre.
Con ritualismo, el anciano abrió su mano. Habían dejado de estar solos para estar rodeados por una muchedumbre que se agitó siguiendo los movimientos lentos
pero irremediables del viejo. Y, en aquel momento, como todas las mañanas, se olvidaron
de todo, poseídos. Picoteó sus ojos perfectos para alejarla y desplegó, raudo,
sus alas para alcanzar una de las migas de pan que salpicaron el suelo, sólo el
tiempo de un parpadeo, renovando la serena sonrisa del hombre del banco.
Qué arte que tienes, Sandra.
ResponderEliminarEres demasiado halagüeño, Iñigo. Gracias ;)
EliminarUn relato tan corto, como expresivo, muy acertado tanto en el mensaje como en las formas. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias, Jaime.
EliminarUn corto relato muy bien conseguido Sandra, aunque lo de "Picoteó sus ojos perfectos para alejarla" no lo entiendo muy bien. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Frank. La verdad es que me hiciste dudar, asi que miré en la RAE por si me había equivocado y resulta que no. La primera acepción de "Picotear" es la que quise utilizar en el texto: "Dicho de un ave: Golpear o herir con el pico." ;)
EliminarMuy profundo por más simple que parezca. Vaya con el viejecito y sus miguitas. A ver qué le parece a los demás.
ResponderEliminarUn abrazo.
Por mucho que luchemos, hay cosas ineludibles en esta vida. El viejo del banco se convierte en el deus ex machina de las pobres palomas enamoradas. Muchas gracias, Ricardo.
EliminarUhm... estoy en la duda de sí "me imaginé todo" o es una historia tremenda y nunca volveré a ver de igual modo a las palomas XD
ResponderEliminarPues no lo se XD. Pero si echas un vistazo a lo que escribí en el comentario anterior, por ahí van los tiros. ¿Era lo que "imaginabas"?
EliminarMe gustó mucho el relato, concentrada en la bonita narración esperaba algún besito o algo romántico y aparece el viejo malo... Habrá que esquivar las palomas o alejarse de los viejos con migas jeje.
ResponderEliminarUn abrazo Sandra.
P.D. Una observación, se te escapó un "sí " en :"Imbuido de si mismo" si no me equivoco. Besos.
Muchas gracias k@ry . Si esquivas las palomas, también pueden aparecer, si vives cerca del mar, las gaviotas , y no se qué será peor XD. Un abrazo para ti también.
EliminarJo, es precioso.
ResponderEliminarMuchas gracias, Caliban. Y mas aprecio el comentario, habiendo tenido el placer de conocerte aunque la charla fuera breves. Me alegra que sigas leyéndome ;)
Eliminarjajajjajja eran palomas
ResponderEliminarMe alegra haberte soprendido. Un saludo, Noruego. ;)
EliminarConciso y duro como la vida misma....
ResponderEliminarBravo!!!
Muchas gracias Indiasena. Me alegra de que te gustara.
EliminarPerdón Frank por la intromisión. Amigo esta claro que, tanto en los racionales como en los irracionales, desgraciadamente, ante el 'interes' no hay amores que valgan,
ResponderEliminarAl menos eso es lo que yo he comprendido.
Besos